A solo 50 Km. de la frontera sudanesa y a 290 Km. al sur de la ciudad de Aswán, el faraón Ramsés II levantó su mayor templo junto a otro de menor envergadura para su esposa preferida, la reina Nefertari.
Con la construcción de la presa de Aswán estos templos y otros muchos iban a quedar sumergidos bajo las aguas del lago artificial Nasser. Entonces Egipto hizo un llamamiento mundial a través de la UNESCO, para la salvaguarda de estos templos.
Fueron muchos los países que intervinieron en el traslado, entre estos España, a la que Egipto donó el templo de Debod, hoy en Madrid. Gracias a esta colaboración, los templos de Abu Simbel han podido salvarse y hoy podemos admirar la obra faraónica del pasado Egipto junto a la capacidad de la técnica moderna.
Existen dos modos para realizar esta fantástica excursión, ambos desde la ciudad de Aswán, a 980 Km. al sur de El Cairo. La manera más habitual es en avión, en la que solo se emplea ½ hora para llegar a los templos; con una visita de dos horas. El otro modo es en autobús, para el que hay que levantarse sobre las 3:00 hr de la madrugada.
Se llega alrededor de las 7:30 hr., y se emplean dos horas en ver los templos. Después nos esperan otras 3 ½ hr., para regresar a Aswán (13:00 hr); esta última manera solamente se permite si la carretera está abierta.